Probar un reclamo por lesiones de nacimiento puede ser un proceso desafiante. La ley de lesiones personales requiere que los reclamantes demuestren negligencia por parte de otra persona o una entidad para tener éxito en sus reclamos. En lesiones de nacimiento, la negligencia se referiría a los médicos involucrados en el proceso de parto que tienen el deber de cuidar a la madre y al niño pero que no cumplen con ese deber debido a la imprudencia o al error.

Al presentar un reclamo por una lesión de nacimiento, los demandantes deben poder establecer cuatro elementos clave: deber de cuidado, incumplimiento del deber, causalidad y daños. Estos son principios legales que el reclamante debe probar antes de que se otorgue cualquier compensación potencial.

El primer elemento para probar la negligencia es establecer que efectivamente hubo un deber de cuidado debido a la madre o al niño durante el parto. Los profesionales médicos, como médicos y enfermeras, deben mostrar conocimiento y habilidad al tratar con los pacientes. Si estos deberes se incumplen por errores o imprudencias durante el trabajo de parto, el parto o la atención del posparto, se podrá establecer la responsabilidad por los perjuicios posteriores causados por estas acciones.

El segundo paso requerido para probar la negligencia es demostrar cómo este incumplimiento del deber provocó una lesión sufrida por la madre o el niño. Esto implica probar que la acción del profesional médico (o la falta de ella) fue directamente responsable de causar el daño.

En tercer lugar, los reclamantes deben probar que los daños incurridos fueron causados por el comportamiento negligente, lo que significa que no habrían ocurrido si no fuera por la acción (o inacción) del profesional médico. Esto significa que debe probarse más allá de toda duda razonable que el daño sufrido se debió a la mala atención brindada durante el parto y no a un hecho natural inevitable asociado con el parto.

Una vez establecidos los tres elementos anteriores, también se debe probar cuánto dinero se debe otorgar para compensar el comportamiento negligente, conocido como daños y perjuicios. Esto podría incluir el reembolso de los costos de tratamiento médico asociados con el tratamiento de lesiones de nacimiento y otras pérdidas, como la pérdida de salarios por el tiempo libre relacionado con el cuidado de un niño lesionado.

Al intentar probar un caso de lesiones de nacimiento en Washington, los reclamantes deben probar que el comportamiento negligente de los profesionales médicos condujo a una lesión que resultó en una pérdida financiera o la pérdida del disfrute de la vida. Para hacer esto exitosamente, los reclamantes necesitan pruebas y testimonios de testigos que demuestran que cada paso descrito anteriormente ocurrió y condujo al incidente o lesión.